dijous, 7 d’abril del 2016

Los elfos del sur.




El continente del sur era prácticamente inhabitable. Era mucho más grande que el continente arboral pero las expediciones allí eran escasas y nadie sabía exactamente que podía encontrarse a parte de los desiertos y las extensiones áridas. Sus temperaturas eran extremadamente cálidas y el agua prácticamente inexistente fuera de las costas. La vegetación era tan escasa como también lo era la comida. Sin embargo en aquel lugar vivían elfos, sobretodo agrupados en las playas del norte. Eran salvajes e incivilizados y se agrupaban en clanes o grandes familias.

Las duras condiciones de vida del continente del sur empujaron poco a poco estos elfos hacia el norte, dónde a través de un paso de tierra prominente llegaron al continente arboral. Allí las diferentes familias y clanes formaron asentamientos rudimentarios logrando una vida mejor. En poco tiempo y usando la fuerza ocuparon la parte sur del nuevo continente al que habían llegado. Por supuesto tuvieron problemas con los elfos locales, o más bien se los buscaron. Los elfos recién llegados no dudaron en echar sus compañeros raciales lejanos y ocupar su lugar en el continente arboral. No llegaron a las grandes ciudades pero esparcieron su brutalidad por el sur atreviéndose a llegar cerca de las ciudades de Ceredian o de Tofere. No se adaptaron a la costumbres del continente arboral y se negaron a colaborar con el resto de ciudades o poblados. Su actitud era totalmente hostil. Lo que más molestaba al resto de los elfos era su costumbre de comer carne animal y también sus extraños rituales brutales. El mismo sabio de la naturaleza y de los animales exigió expulsar a los despiadados elfos del continente arboral. Muchos respaldaron la idea asegurando que aquellos elfos eran hijos de la diosa malvada Emfa. La idea se consideró profundamente cuando las ciudades meridionales empezaron a sufrir ataques reiteradamente por parte los elfos del sur. Eran guerreros en su mayoría y actuaban de forma salvaje y atroz. Se los apodó elfos carnívoros y entre ellos surgieron otros más despiadados aún que fueron nombrados elfos caníbales. Estos últimos no dudaban en cocinar otros elfos y llegaban a comerse entre si mismos si era necesario.

Sin embargo la expulsión de los elfos del sur del continente arboral no se llevó a cabo nunca. Por un lado la fuerte moral y ética de los elfos residentes descartaban la posibilidad ( aunque por supuesto no todos opinaban de igual manera ). La balanza no se inclinaba y nunca se tomó la decisión. Por otro lado el continente arboral se enfrentaba a una amenaza mayor en aquellos tiempos : tres grandes gigantes de hielo avanzaban por el océano con la intención de destruir la raza élfica que hacía poco había profanado su lugar helado.

Los gigantes llegaron por las costas del norte de la ciudad de Firer. Un ejército de elfos bien coordinado los recibió para detenerlos. Se encontraron en aquellas costas elfos de todas los rincones del continente arboral ; diestros guerreros de Firer, soldados de Maredar, sabios, curanderos, estrategas...Los elfos carnívoros también prestaron sus servicios y aunque eran pocos destacaban por su ferocidad y perseverancia en el combate. Un gigante de hielo fue derribado en aquella misma playa. El sabio de la naturaleza ayudado por su joven aprendiz, la elfa Animaris, convocaron un gran bandada de aves que ayudaron a tumbar al gigante. A partir de entonces aquel lugar se llamaría: “ la playa de la unificación élfica y las aves defensoras”.

Sin embargo los dos gigantes restantes consiguieron avanzar hacia la ciudad de Firer rodeados por centenares de elfos que intentaban derribar-los. Lo sabios lanzaban potentes llamas creadas a partir de maná y los guerreros intentaban casi inútilmente causar algún daño en los colosos de hielo. Por suerte los gigantes estaban atacando la ciudad mejor preparada para afrontar una guerra de aquella magnitud. Los enemigos de escarcha no pudieron atravesar las grandes murallas de la ciudad de Firer aunque lograron destruirlas en buena medida. Los mejores arquitectos de la ciudad fabricaron unos grandes arcos que lanzaban robustas y potentes flechas que desestabilizaron los enemigos y los lanzaron al suelo provocando un “pequeño” terremoto. Una vez tumbados los gigantes de hielo parecían menos peligrosos ( aunque la tierra tembló de nuevo con sus intentos de ponerse en pie).

Los elfos lograron salvar la ciudad y asegurar el continente arboral. Los carnívoros se ganaron su derecho a ocupar la parte sur del continente en contra del deseo de muchos elfos arborales. Por supuesto nunca se llegó a un acuerdo y la disputas entre las dos clases de elfos perduró en la historia del continente arboral. La caza de animales no cesó ni tampoco su actitud agresiva respecto a sus vecinos. Los elfos caníbales tampoco abandonaron el continente, pues todos temían sus costumbres y aseguraban que eran entidades mágicas oscuras. Se organizaron algunos intentos de expulsarlos pero todos fracasaron. Además sus hermanos carnívoros los defendían y estaban dispuestos – lo deseaban – a entrar en guerra si era necesario.

Entonces la parte sur del continente arboral pasó a ser una parte apenas visitada por ningún elfo y a menudo se libraron batallas allí, sobretodo con los despiadados caníbales, a los que nunca lograron someter. Algunos centenares de años después nacería una elfa caníbal, en la ciudad de Carnovir, que jugaría un papel muy importante en el futuro de Terrara.



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada